domingo, 11 de enero de 2009

Andre Gide



No intento ser de mi época, intento desbordar mi época.

... hay que bajar, ¿cuánto?, para volver a encontrar el abandono y la gracia, la pereza y la voluptuosidad, sin los cuales el arte, como el vino, no es posible.

¿hay alguna filosofía que no mendigue eternamente los principios sobre los cuales toda ella se construye?

El número de las cosas que no hay por qué decir aumenta para mí cada día.

Me creyeron rebelde porque no pude obtener, o no quise exigir, de mí mismo esa cobarde sumisión que me hubiera asegurado la comodidad. Es quizá lo más protestante que hay en mí: el horror a la comodidad.

Prodigiosamente inculto, con todos esos nacionalistas que, so pretexto de cultivar únicamente su tierra y sus muertos, ignoran más o menos todo el resto del mundo.

Me siento tanto más joven cuanto menos tiempo me queda para sentirlo.

Es con los buenos sentimientos con lo que se hace la mala literatura.

El ser se abandona cuando no tiene nada más en que pensar que en sí mismo.

De lo alto a lo más bajo de nuestra sociedad, no veo más que inquietud, abuso de poder, explotación del prójimo, engaño...

Gritaremos a pesar de todo a pleno pulmón: "¡el horror está a salvo!" pareciéndonos a ese lacayo de Marivaux que dice: "no me gusta que me falten al respeto" mientras recibe una patada en el culo, pero si siento una tristeza sin nombre cuando oigo esas frases en las que florecen más todos los defectos que nos han perdido: idealismo vago y estúpido, caso omiso a la realidad, imprevisión, irresponsabilidad y creencia absurda en el valor de frases fiduciarias que ya no tienen otro crédito que en la imaginación de los necios.

Le he visto el revés siniestro a demasiadas cosas...

Es importante no quedarse demasiado en ningún sitio, ni siquiera en uno mismo.

Andre Gide, Diario

4 comentarios:

Idea dijo...

Magnífica selección Francisco, como siempre. Un beso

Txell Sales dijo...

Un texto muy interesante. No podía ser menos viniendo de quien viene. Me quedo con todo y especialmente con la última frase.

Aljana dijo...

Me ha gustado mucho el texto, he de decir que no conocía al autor, pero, como dice Txell, me quedo con la última frase.

La abuela frescotona dijo...

las verdades duran por siempre ,esten escrita en papel o en el alma,gracias por compartir