viernes, 30 de mayo de 2008

Fernando Pessoa


En la vida de hoy, el mundo sólo pertenece a los estúpidos, a los insensibles y a los agitados. El derecho a vivir y a triunfar se conquista hoy con los mismos procedimientos con que se conquista el internamiento en un manicomio: la incapacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitación.

Ya no trabajamos; nos recreamos en el asunto al que estamos condenados.

¿Cuál de nosotros puede, volviéndose en el camino en el que no hay regreso decir lo que ha seguido como debía haberlo seguido?

La renuncia es la liberación. No querer es poder.

Ver es ser distante. Ver claro es parar. Analizar es ser extranjero.

Nunca sabemos cuándo somos sinceros. Quizá no lo seamos nunca. Y aunque seamos sinceros hoy, mañana podemos serlo por todo lo contrario.

El trabajo nunca da resultados. El esfuerzo nunca llega a ninguna parte. Sólo la abstención es noble y elevada, porque ella es la que reconoce que la realización es siempre inferior, y que la obra hecha es siempre la sombra grotesca de la obra soñada.

Fernando Pessoa, El libro del desasosiego

13 comentarios:

emmanuel méndez dijo...

Lecciones de abulia con el maestro Pessoa; el mismo que calificaba de mediocres a los sueños porque todos los tienen, el mismo que nunca guardó rebaños, el mismo que desde una tabaquería descubre que no hay más metafísica que la confiteria, el mismo que se escondió en tantos heterónimos como personalidades ausentes tuvo... habría que intentar aprenderle algo, probar una vez más con el estoicismo.

Pelo dijo...

Me siento identidicada.

Genial texto.

Portobello dijo...

Mira este es otro de los que tenía fichado. Pero lo dejaré para más adelante, además ahora me he puesto con Flaubert, que lo vi en un mercadillo y me lo ajencié.
Pessoe expresa ese sin vivir que llevamos como pecado original, esa continua angustia por el mundo en el que vivimos, antes y ahora, nos parece imperfecto, quizá porque alguna vez conocimos la perfección?

Un beso guapooooo

Anónimo dijo...

Pessoa, para mí un maestro.....

Natalia dijo...

genios.

Unknown dijo...

cómo duele Pessoa, cómo duele.

Anónimo dijo...

mierkina sii
Es como si cuando no haces nada y aestas justificando tu "fracaso" pero el hacer algo no siempre implica o casi nunca satisfacion... en ke mierda de mund estamos vivimos, por eso tenemos que seguir buscando la manera de transformarlo.

un saludo, gracias por la visita

María Jesús dijo...

Que profundos pensamientos, y que razón lleva en ellos.

La Incomprendida dijo...

Me encanta Pessoa, tienes un gusto exquisito.

Portobello dijo...

Anda que bonito has dejado el blog, que sugerente. Vaya con el que no tiene ordenador! he visto que tienes a Bolaño en el otro lado, tengo que ir con más tranquilidad, Bolaño es un mito para mi. Besos guapoooo, me gusta este blog, sí.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

qué bueno. Hace unos meses publiqué un post muy similar sobre Pessoa, con frases del libro(http://leomares.blogspot.com/2008/04/pessoa.html. Me ha gustado tu blog.
Un saludo!

nancicomansi dijo...

Bueno...éste es uno de mis libros de cabecera...sin duda me marcó para siempre;
Aún me miro en sus páginas como en un espejo.

Anónimo dijo...

Hoy,tras verlos irse, y despedirme de todos ellos, en aeropuertos, carentes y vacuos, despojados de lo que fue, en su dîa, el viaje, me dije, que ya no era yo.
Un dîa, Machuca, viajé, me vi tirada en aeropuertos, perdida en el tiempo, acariciada por fotôgrafos a la espera de un vuelo, por ejecutivos que no soñaban con el regreso, por locos abandonados en delirios, por tabaco compartido (cuando aûn nos dejaban fumar, y pasarnos las cerillas o el mechero, el cual, rendîa el alma tras tantas colillas desgastadas ante nuestros pies, como algo placentero). Cuanto habîa màs alma y menos pensamiento, màs divagàbamos.
Cuando viajar era el éxtasis,era màs yo,cuando no habîa nadie en la cola de espera, màs sentîa la necesidad del vaivén generoso. Cuando un retraso, era sinônimo de errar y no de demandar, ni de ser grosero, ni de golpear para pasar antes que una, en la fila de una espera, o de un destino..., màs era un perderse en el rumbo fijado.
Antes, cuando mi yo, no era ni nada, las azafatas eran el arquetipo de la tîa que hubieses querido ser ( y que no fuiste por ser enana y con caries, y no saber hablar inglés y carecer de modales). Hoy, cuando leo Pessoa en el vuelo de regreso, las veo incultas, con sonrisas de Profident, me hablan como pueden, y la verdad es que ni me molesto en contestarles y su jerga, me descojona.
Son chaperudetas,(cuando me exigieron dar la talla..)y te tratan como pueden, pues ni dan a basto...
Esto del viaje, me hace escribir desde un heterônimo.
Los trenes, idem, esos "ave" o "tgv", van tan ràpidos, que ni siquiera el paisaje puede incitarme a describir el desfile de àlamos o de bosques umbrîos, ni que decir tiene, que un crucero, de esos de vacaciones en el mar, no es lo mîo, ni lo cambiarîa por un "Exodus".
Conclusiôn pascual y privada de viajes : Pessoa, y mis dobles, me siguen guiando, mientras me fumo un cigarro y me deleito entre tantas efîmeras e ineluctables sombras, de mî misma, en el umbral de esos nuevos aeropuertos. Lo mejor de un viaje, es ser mera espectadora,hoy dîa, mientras las siluetas viajeras, pregonan, regresando y mostrando, en càmaras de tres al cuarto, todo aquello que fijaron y visitaron entre sus risas y mi atônito e inquieto, desconcierto...
De andenes, de muelles, de estaciones,de camiones y de a pie, de esos otros yos, ya regreso, y me cuento y mejor, ni te cuento.

Te beso, y te abrazo.

Eva