domingo, 4 de enero de 2009

José Hierro



Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡todo!", y el eco dice "¡Nada!"
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro, Vida

5 comentarios:

Txell Sales dijo...

Excelente soneto hecho con palabras rima, un interesante poema que o de él te gusta todo o no te gusta nada. A mi modo de ver, es muy bueno.

Javier dijo...

a mi modo de ser, es, justamente, todo y nada, y cuidado, que esto es decir mucho... es decirlo todo, aunque uno quiera decir nada,

Te dejo un gran saludo, hermoso blog,

Anónimo dijo...

"Comment, par un simple récit, amènerais-je à comprendre aussitôt ce que je mexpliquai d'abord si mal? Que puis-je peindre ici que l'occasion de la detresse à laquelle je cédai dès lors tout entier? "

A. Gide "La porte étroite"

El tuyo un buen blog para reflexionar y divagar por la literatura. Gide es uno de los autores que nunca me dejô indiferente. Te invito también a visitar mi blog si te apetece pasearte en algùn ratito muerto por él. Un saludo,
Eva

Anónimo dijo...

Aun te ando esperando por mi bitàcora. Supongo que tus dedos u ojos no merecen tal movimiento estable o inestable, pues no te manifestaste. No soy de las que mandan invitaciôn ni de las que cantan "si tù me dices, ven , lo dejo todo".

Te envîo una cita "Gidérale" para reflexionar mientras tanto :

" Je l'ai si peu, qu'ici, voyez, rien n'est à moi; pas même ou surtout pas,le lit où je me couche. J'ai l'horreur du repos; la possession y encourage et dans la sécurité l'on s'en dort; j'aime assez vivre pour prétendre vivre éveillé, et maintiens donc,au sein de mes richesses mêmes, ce sentiment d'état précaire par quoi j'exaspère, ou du moins exalte ma vie. Je ne peux pas dire que j'aime le danger, mais j'aime la vie hasardeuse et veux qu'elle exige de moi, à chaque instant, tout mon courage, tout mon bonheur et toute ma santé...
- Alors que me reprochez-vous?

A Gide L'immoraliste.

Ven a tomarte un tecito por casa,cuando te apetezca para conversar de estos franceses atîpicos, pues son tantos!
Eva

Anónimo dijo...

Bien, aquî te coloco, lo que tenîa que haberte colocado, en su dîa, de manejar bien esto de las bitàcoras. Disculpa por los otros comentarios anteriores.

Ayer reanduve escribiendo sobre un proyecto de puñetero libro en el que me comprometí sobre la Memoria Histórica. Y pensé en lo que los sabiondillos apodaron “La generación de medio siglo”, esa generación de “niños de la guerra” de la cual está invadida nuestra sacro-santa, apóstolica y romana literatura. Pensé en Hierro y en tu bitácora y vine a inspirarme.
Me superan las etiquetas generacionales, siempre me pregunté qué leche tenían que ver Baroja y Valle Inclán, o Alberti y Aleixandre, por ejemplo.
Estudié hace tiempo aquel universo “generacional”, centrándome en Martín Santos y Zambrano, Vallejo y Blas de Otero (aunque no se los clasificase como tales y me costase un triunfo defender mis argumentos).
Descubrí a José Hierro tardíamente. El vacío, la nada, la vida y la muerte, la libertad y el exilio me indujeron a leerlo, pues tras pasar parte de mi vida analizando la libertad en El Quijote, me dije que ya era hora de dejar “el siglo de Oro” ,( otra etiqueta garrafal), y regresar a nuestra era de “Hierro y Metal”.
Su universo plagado de metáforas crudas, despojadas de cualquier solapamiento, versificadas en unicornios, almas, sombras, lágrimas y tiempo, todas ellas revueltas y enredadas en un mar con resaca con el resabio amargo del exilado, plasmado a través de un estilo sencillo, al alcance de todos, asicomo sus otoños plagados de heridas de ciegos, en un ancho mar donde se funden la tierra y la palabra, con metonimias inspiradas por la libertad encadenada, bañadas por las lágrimas en las que confunde un vasto paseo entre el amor y la muerte, ante su desesperación de no ver la libertad de España, personificada en el mar, me dijo cuando puse pie aquí ( en mi exilio voluntario) que simbolizaba la expresión de lo que yo quería expresar y no podía.
(Espero que me sigas, pues a mí misma me cuesta cuando me embalo en un comentario de estos, escritos así sin releer ni ordenar).
Escribî un micro sobre un poema suyo al cual titulé “Noches de luna” inspirado en su poema “La sombra” cf: Cuanto sé de mí (1957-59) pero nadie lo captó.
Lo que me fascina de él, son sus temas, que son los míos, el vacío, la nada, la náusea, tal vez porque mi formación a la base estuviese destinada a ser filosófica y no literaria y reencuentre en la literatura la manera de expresar con la licencia que permite un poema, o un relato, decir lo que el pensamiento no deba estructurar.
Acabo ya, tranquilo, que cuando empiezo...
El poema que colgaste es uno de los que tendría colgados en la pared de poder colgar todo aquello que me habla y en lo que me veo reflejada. Tu visión de las cosas me parece certera y casi visionaria, a lo mejor porque en algunos puntos, encuentre mi punto.
No obstante es en “ A orillas del East River” donde encuentro las palabras de Hierro que me dicen y en particular en este fragmento:


“Contra las estructuras
de metal y de vidrio nocturno
rebotan las palabras aún sin forma,
consagradas en el torbellino helado,
y no me hacen llorar.
Yo ya no sé llorar. ¡Y mira que he llorado!”

Un beso grande, un abrazo y gracias por tus post y tu elección en los autores.