lunes, 14 de julio de 2008

Witold Gombrowicz



La estupidez es una bestia excepcional, que no puede morder cuando se le tira de la cola.

Con qué inexorabilidad el hombre tiene que precipitarse desde las cumbres, ensuciar su nombre, violar su verdad, destruir su dignidad, para que el espíritu individual experimente una vez más la esclavitud, se someta al rebaño, a la especie.

Una vida limitada. Una vida local. Se vive de lo que trae el día. Nadie mira alrededor, todos miran a sus pies. Sobrevivir de alguna manera. Existencia concreta.

No hay mayor mentira que un definición, y la única verdad es aquella que no se abarca.

Descargué contra él razones de mi propia cosecha, pero ¿qué puede mi razón solitaria contra su razón fabricada por trescientos mil cerebros en miles de años, contra esa montaña de cabezas subordinadas y funcionales?

La historia de la cultura demuestra que la estupidez es la hermana gemela de la razón.

Estas son las dos grandes mentiras contemporáneas: la mentira de la Iglesia según la cual todos tenemos la misma alma y la mentira de la democracia según la cual todos tenemos el mismo derecho al desarrollo.

La cuestión no és que sepas lo que quieres. Habría suficiente si sabes qué és lo que no quieres.

Afirmo que el exceso de seriedad está acondicionado por el exceso de frivolidad.

Deja por un momento de escribir poemas, de pintar cuadros, de hablar de surrealismo, y, antes de todo, detente a reflexionar si estas cosas no te aburren, comprueba si todo eso es realmente importante para tí, piensa si no serás más auténtico, libre y creativo menospreciando los dioses de tu devoción. Déjalo todo por un momento y reflexiona sobre tu lugar en el mundo y en la cultura, y sobre que medios y objetivos tienes que escojer.

Tinieblas. Muro. No entiendo nada. No hago más preguntas, porque sé que no me voy a enterar de nada. La debilidad se apodera de mí.

Necesito gente, algun lector... No para entendernos. Solamente para poder dar una señal de vida.

Witold Gombrowicz, Diario, 1953-1956-1957 y 1961

10 comentarios:

María Jesús dijo...

Ya estoy leyendo sobre él, nunca había leído un enunciado entre comillas tan extenso e interesante:

Fragmento de su primera obra Ferdydurke

"Decidme, ¿cómo pensáis?, ¿acaso, según vuestra opinión, el lector no asimila sólo partes y sólo en parte? Lee, digamos, una parte o un pedazo y se interrumpe para, dentro de algún tiempo, leer otro pedazo; y a menudo ocurre que empieza desde el medio o, incluso, desde el final, prosiguiendo desde atrás hasta el principio. A veces ocurre que lee dos o tres pedazos y lo deja... y no porque no le interese, sino porque algo distinto se le ha ocurrido. Pero aun en el caso de leer el todo, ¿creéis que lo abarcará con la mirada y sabrá apreciar la armonía constructiva de las partes, si un especialista no le dice algo al respecto? ¿Para eso, pues, el escritor, durante años, corta, ajusta, arregla, suda, sufre y se esfuerza: para que el especialista diga al lector que la construcción es buena? ¡Pero vayamos, más lejos aún, al campo de la experiencia cotidiana! ¿No ocurre acaso que cualquier llamada telefónica o cualquier mosca puede distraer al lector de la lectura justamente en ese supremo momento en que todas las partes y tramas se juntan en la unidad de la solución final? ¿Y si en ese momento entrase, digamos, su hermano y dijese algo? La noble labor del escritor se echa a perder a causa de una mosca, un hermano o un teléfono. ¡Oh, malas mosquitas! ¿por qué picáis a hombres que ya perdieron la cola y no tienen con qué defenderse? Mas preguntemos todavía si aquella obra vuestra, única, excepcional y tan trabajada, no constituye sólo una partícula de treinta mil otras obras, también únicas y excepcionales, que aparecen en el transcurso de un año. ¡Malditas y terribles partes! ¡Para eso, pues, construimos el todo: para que una partícula de la parte del lector asimile una partícula de la parte de la obra y sólo en parte! "

El Doctor dijo...

Ferdydurke,título que no quiere decir absolutamente nada o,al menos,eso fue lo que dijo uno de los autores más importantes del siglo XX.La novela fue un latigazo para los bien pensantes,porque Gombrowicz trataba por primera ven en la historia de la literatura el infantilismo de una sociedad o,como dice Milan Kundera "infantocracia".El autor polaco en sus magníficos diarios se queja de que la sociedad de la infantocracia no te permite madurar o evolucionar como persona,condenandonos a ser seres sin memoria ni desarrollo.El arranque de la novela es magnífico.El personaje intenta reflexionar como un adulto,pero entra un profesor de la infancia y se lo lleva a clase.Como en El proceso de Kafka,K se levanta en camisón y se lo llevan apresado por un crimen que no ha cometido.Mi querida María,estos escritores son inmensos,inagotables por su estética y descomunal concepto.Por ejemplo,Kafka fue el primero en el siglo XX de alertarnos que venía el mundo sin memoria,después Gombrowicz con sus consecuencias.

Besos.

María Jesús dijo...

Sí ya lo sé, son escritores de extraordinaria elevación. Me gusta leer este tipo de post porque de ellos puedo sacar algo de provecho, gracias por ponerlo.

Unknown dijo...

este autor es fantástico, y yo recién me entero!!

difiero con Bukowski cuando dijo que había muy pocos libros excepcionalmente buenos. y estoy feliz, me encanta descubrir todas estas cosas que aún no conozco y me emocionan y entusiasman.

gracias por eso Francisco, gracias por compartir :)


saludos y un abrazo!

Pelo dijo...

Estupendo, estoy de acuerdo con él ;)

Portobello dijo...

He leído tan bien acerca de este escritor que aún no he leído nada, pero me lo presentas muy apetecible, muy sustancioso. Como favorito de Susan Sontag estoy con ganas de pillar una obra suya. Verés este invierno si lo localizo, sin falta.
No podías haber escogido mejor título para este blog, la obra de Celine es inolvidable.

Bárbara dijo...

Hola, mordí el anzuelo por el título de tu blog. Qué libro alucinante y con qué ganas me quedé de leer "Muerte a crédito" y no puedo conseguirlo, en fin, de Gombrowicz leí dos libros: Ferdydurke y Cosmos. Me gustó mucho más el primero, encontrar el placer en las pequeñas cosas, en chocar la lengua contra los dientes, por ejemplo. Me quedé con ganas de leer "Pornografía" y tampoco lo consigo, y así estoy últimamente. Saludos, y excelentes autores ví por ahí.

C. Chase dijo...

En este mundo sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana.

Y... de lo primero no estoy muy seguro.

nancicomansi dijo...

Con él, la incertidumbre más lúcida, la exquisitez del vacio y la austeridad de las acciones...

Anónimo dijo...

La primera vez que leî a Gombrowicz, fue en la recopilaciôn "Yo y mi doble" (por lo que veo te fascinan esos escritores que juegan con el desdoblamiento, Gide, Pessoa, Wilde...)
El relato que màs me impresionô de él, recuerdo que fue "Les Envoûtés" (no sé si se tradujo como "Los Hechizados") donde el desdoblamiento y el juego de sombras y el encubrimiento del yo cobraban ante mi lectura, un matiz sobrenatural difuminado entre una silueta masculina, la de Walczak y su doble femenino en Maya.Una Vieja Cocina y una toalla, como dobles dramâticos y telôn de fondo bastaban para construir una trama sin necesidad de màs artificios.
Y ambos, encontrando su esencia e individualidad, transcendidos, tras atravesar el orificio al final del relato, y salir del Castillo (kafkaiano) como espacio iniciàtico antes del encuentro con su propio "yo". Aquel relato siempre lo asocié a la frase que Gombrowicz escribiese en el 61 en la que dijo "..yo era sencillamente la negaciôn de todo lo que afirmaba mi interlocutor..."
A Pessoa, no dejo de leerlo y de releerlo. En cada pseudônimo, para penetrar en él, antes he de desdoblarme, con lo cual, no abuso... y lo leo a sorbos pequeños.
Y ?Pirandello, para cuando?