domingo, 12 de agosto de 2007

A modo de presentación

Abro un nuevo blog sin tener las ideas demasiado claras, y creo que ya es un buen comienzo.

A lo largo de mi vida como lector empedernido, han ido introduciéndose, con ruido y furia, una serie de escritores marginales, muy alejados de las bien intencionadas letras del panorama literario. Esos poetas y escritores surgidos de las alcantarillas de la civilización y portadores de mensajes nada alentadores.

Amo la obra de Marcel Prous. De Thomas Mann. De James Joyce y todos los grandes filósofos, pero creo que el saber existencial quedaría incompleto si ignorara, por ejemplo: El Satiricón de Petronio. Decadencia y caída del Imperio Romano de Gibbon. La obra del Divino Marqués de Sade. Las correrías de Celine, o, las libaciones alcohólicas en un bar de mala muerte con un Bukowski aullando de rabia y cólera.

Por otra parte, no tengo intención alguna de escribir sobre literatura, ni eso tan manido que es la biografía; género que se encuentra por doquier, ni ahondar en conceptos, sino mostrar escorzos de vida, incluido la propia; caminar con la escritura fronteriza que siempre nace al margen de la verdad consabida; un retrato al minuto, aguafuertes, a la manera de aquellos pintores sin suerte, y, casi, sin arte.

Mis malditos particulares nace de la especial predilección que siento hacia estos artistas depresivos, dejando a un lado su componente neuroquímico, que es secuela de la lucidez. Por esas lecturas de los grandes iracundos que me resultan más tonificante que la de los optimistas bien equilibrados. Esos escritores hechizados por la literatura. Mártires de la escritura, místicos del rito poético. Los realmente envenenados de literatura. Siempre Baudelaire. Y todo el alrededor: Lautréamont, Novalis, Nerval, Rimbaud, Bayron, Wilde, Maturin, Lewis, etc. Toda una raza, toda una familia rara, espectral y fascinante.

La revelación del misterio del universo también puede producirse en el interior de una habitación de un motel en una carretera perdida. Cruzando una frontera que divide dos vacíos. En mitad de la noche en un callejón sin salida. En el fondo de un vaso apurado y los bolsillos sin un duro. A la salida de un burdel a las cinco de la madrugada. La vida, a veces, nos va reculando hasta que nos vemos, sin darnos cuenta, realizando un viaje al fin de la noche, quizás, el último de todos.

Admiro esa valentía, esa entereza de los malditos que no se rebajaron a una nómina. A una inclinación babeante ante un superior en un mundo que exige cada vez más la docilidad del rebaño, las mentiras políticas y las necesidades fabricadas en serie.

Creo que nos hemos quedado ya sin malditos y Occidente sonríe aliviado, porque sigue trabajando sin ser incordiado, en lavarse la cara y mirarse el ombligo. En pintar su tejado bajo unos cimientos podridos. Ya no necesitamos saber qué estamos haciendo. Todo es pura supervivencia. Todos tenemos prisa por llegar, pero sin saber a dónde.

Bien podría también añadirse pintores, escultores, músicos de jazz, directores de cine... Por otra parte, quiero decir que todo esto no tiene nada que ver, por ejemplo con Desgarrados y excéntricos de Juan Manuel de Prada, o Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas, ni La sinagoga de los iconoclastas de J. Rodolfo Wilcok, ni Vidas imaginarias de Marcel Schwob.

De alguna manera me siento deudor hacia a aquellos que hurgaron en el gran basural de nuestra civilización, y lo ya dicho, como un pintor al minuto, sin suerte y sin arte.


7 comentarios:

El autor dijo...

Un día la música dejará de sonar, y, que nos sorprenda bailando o sentados en un rincón, no cambiará nuestro destino. No es que los malditos que mencionas no se vendieran, es que no vivieron lo suficiente como para reconciliarse con la realidad de la vida (que no con ella). Tal vez no valga la pena, ni siquiera, vivir jodido.

Andriu dijo...

Falta sin duda un maldito de estirpe: Henry Miller. Estoy ahora mismo embarcado en "Trópico de Capricornio" y, al tiempo, reflexionando en torno a los "escritores malditos" (como Miller y todos los que citas) y los escritores optimistas, olímpicos, apolineos... o como quiera que queramos etiquetarlos.

Sospecho que me atraen más los segundos: Javier Marías, Saramago, Vargas Llosa...

Aunque es sólo una sospecha. Como la de que se pueda o deba elegir entre ambas "familias".

Saludos.

nancicomansi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nancicomansi dijo...

Hay otros mundos, pero han estado, están, y estarán, si dios (?) quiere en este ...en el fondo de un vaso de bourbon, entre las sábanas arrugadísimas y perezosas de un no-ejecutivo-agresivo, en el lóbulo inflamado de un lunático, en el iris dilatado de un enamorado perpétuo...en esos rincones indecibles e inimaginables para el resto de la gente "eficaz", práctica y cálculadora", la que hace marchar esa máquina del mundo y que , sin embargo, me chirría tanto...
Por lo cual,
me gusta este blog.

Anónimo dijo...

Muy bueno, lindo. Confieso, que nunca bajé hasta aquî, ni te leî, tras haberte leîdo, hasta esta umbrîa y penumbra entrada.
Faulkner, en ese ruîdo y furia, eras ya ese tù que busqué sin encontrar, ni vislumbré en este antiguo, inortogràfico Proust,(quisiste decir, ya sé), pues te comiste la magdalena, goloso...
Ahora, te entiendo màs, y déjame volver, entendiendo, si vuelvo...

Te beso, besàndote,y por fin te entiendo, pues los que citas, los cité, sin entendernos.
Disculpa.

Eva

Anónimo dijo...

Miller, faltarîa, estoy de acuerdo con Andriu. Saramago, sobrarîa... en esto, desacuerdo.
Y H.James, ni està presente, (y esto, como que mejor lo hablamos...)
"La bête dans la jungle" si no lo leîste, ya tardas... y me dices tras lectura, qué pensaste, es cortito y no pide pan, pero merece una buena misa... por esta semana santa que fenece y se autoregenera... dale y me dices.

Rbs

Anónimo dijo...

Acabo de sacar un post que vamos a publicar en la lengua de Molière como homenaje a Guillermo (TTT) por eso de su pasion por el cine. Encabezo la retahila de vacîos, pues sé, me siguen 4 cabezas pensantes, y el todo,serà publicado, e inclusive, traducido.
Te lo envîo, pues, la cabecera, es mîa, y tu opiniôn, pûblica, o privada, y sin miramientos, me serà de ayuda ( respecto a la tipografîa, ya se ocupan otros) Me refiero, a otros campos.
Un saludo, y un abrazo, y disculpa las molestias...
E